Lunes 29 de Enero de 2018
La galaxia NGC 4666 tiene un lugar de honor en el centro de esta imagen, captada en luz visible con el Wide Field Imager instalado en el telescopio de 2,2 metros MPG/ESO, ubicado en el Observatorio La Silla en Chile. NGC 4666 es una galaxia notable con una vigorosa formación estelar y un inusual súper viento de gas fluyendo haciael exterior. Ha sido previamente observada en rayos X por el Telescopio Espacial XMM-Newton, y la imagen presentada aquí fue captada para permitir un mayor estudio de otros objetos detectados en las observaciones tempranas en rayos X. La destacada galaxia NGC 4666 en el centro de la imagen está situada a una distancia de unos 80 millones de años luz de la Tierra. En ella se desarrolla una formación de estrellas particularmente intensa. Se cree que los estallidos estelares son causados por interacciones gravitacionales entre NGC 4666 y sus galaxias vecinas, incluyendo a NGC 4668 que se observa abajo a la derecha. Estas interacciones provocan frecuentes y vigorosas formaciones de estrellas en las galaxias involucradas. Una combinación de explosiones de supernovas y fuertes vientos provenientes de estrellas masivas en la zona de estallidos estelares conduce a un vasto flujo de gas desde la galaxia hacia el espacio, el llamado superviento. Este viento es de una envergadura enorme, proviene de la brillante zona central de la galaxia y se extiende por decenas de miles de años luz.
Debido a que el veloz gas es muy caliente, emite radiación en su mayor parte en rayos X, y en la parte radial del espectro, y no puede ser visto en imágenes de luz visible como la presentada aquí. Esta imagen fue obtenida como parte del seguimiento de observaciones realizadas con el telescopio espacial XMM-Newton en rayos X. NGC 4666 era el objetivo de las observaciones originales de XMM-Newton, pero gracias al amplio campo de visión del telescopio, muchas otras fuentes de rayos X fueron también vistas en el fondo. Una de tales fortuitas detecciones es un débil cúmulo de galaxias que se observa cerca del borde superior derecho de la imagen. Este cúmulo está mucho más lejos de nosotros que NGC 4666, a una distancia de unos tres mil millones de años luz. Para poder comprender del todo la naturaleza de los objetos astronómicos, los investigadores deben estudiarlos en distintas longitudes de onda. Eso es porque dicha diversidad puede explicarnos los distintos procesos físicos que ocurren. En este caso, las observaciones realizadas con el WFI, fueron hechas en luz visible para investigar luego estos objetos detectados fortuitamente en rayos X, un buen ejemplo de cómo los astrónomos que usan diferentes telescopios trabajan en conjunto para explorar el Universo.
